Insomnio y cambio de patrones de sueño, cómo combatirlo durante el aislamiento
Es innegable que el mundo atraviesa un periodo de cambios. El COVID-19 y la cuarentena recomendada nos han obligado a cambiar de hábitos y esto se ve reflejado en nuestros patrones de sueño y la dificultad para conciliarlo.
¿A qué se debe esto?
Por un lado, la incertidumbre que genera la situación mundial puede provocar estrés, ansiedad, confusión, nerviosismo, miedo y demás afectaciones psicológicas que alteran nuestros patrones de sueño. Por el otro, el cambio en la rutina, la disminución de la actividad física y, en muchos casos, una menor exposición al sol, que influyen en la modificación de hábitos de descanso, lo cual altera los patrones de sueño.
¿Qué consecuencias puede tener?
Una buena noche de descanso es importante para la salud, pues la ausencia de un descanso reparador puede derivar en obesidad, problemas cardiovasculares, cansancio, así como afectar nuestra salud mental y emocional, haciéndonos sentir más ansiosos, irritables y decaídos.
¿Qué podemos hacer al respecto?
• Seguir rutinas diarias. Si bien no es posible llevar la vida de antes, es importante tratar de mantener un horario regular que impida que nuestro reloj interno se descontrole.
• Mantener hábitos saludables. Estar en confinamiento no es razón para descuidar nuestra salud, al contrario, es aún más importante
• Exponerse a la luz del sol ya sea desde una ventana, en el balcón, subir al techo o salir al jardín; es importante recibir luz natural en la mañana, pues esta ayudará a la regulación del sueño.
• Dormir a oscuras y evitar la luz de los celulares en la noche. Del mismo modo que necesitamos luz natural durante el día, es necesario que en la noche evitemos la luz de las tabletas y celulares, pues la luz azul que emiten estos dispositivos tiene una intensidad parecida a la de la luz natural, lo que puede hacer creer a nuestro cerebro que aún no es de noche.
• No desvelarse. El hecho de que no tengas que pararte temprano para ir a trabajar no implica que te duermas y te levantes tan tarde como gustes. Volvemos a lo de las rutinas, es importante mantener horarios estables para no alterar a nuestro organismo y que podamos dormir bien.
• Hacer por lo menos 30 minutos de ejercicio diario. La menor actividad física nos hace sentir menos cansados y por eso también cuesta conciliar el sueño, lo que, a la larga, irónicamente, nos genera mayor cansancio.
• Evitar el bombardeo informativo y alejarse de las redes sociales por un rato. Todo esto contribuye a aumentar la ansiedad y preocupación, lo que dificulta más que descansemos bien. Desconectarnos un rato de todo eso, probablemente meditar, hacer ejercicios de respiración o escuchar música antes de dormir, puede ayudar a conciliar el sueño.